Un reciente balance de la subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación refleja avances en la operatoria de las términales públicas.
Ricardo Luján debutó en el cargo de subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación en tiempos del presidente Néstor Kirchner. Luego fue confirmado en el cargo por Cristina Fernández de Kirchner. Entre los logros de su gestión, se remarca la inversión en infraestructura portuaria, concretada a través de firma de convenios con las diferentes provincias del Litoral en vías de conseguir mejoras en los puertos públicos.
Como ejemplo el funcionario nombró obras ejecutadas de 2003 a la fecha. En la provincia de Buenos aires se realizó una remodelación y prolongación de la Escollera Sur, dragado y señalización del canal de acceso a puerto Quequén por un monto de $ 12 millones.
En Entre Ríos, se hizo una readecuación estructural de muelle del Puerto Diamante por $ 6 millones, mientras que en Santa Fe se señaló al muelle de Parque España Ciudad de Rosario por $ 71 millones.
En relación a las obras en vías de ejecución con sus respectivos convenios firmados y montos aprobados, figura en Chubut la reparación del muelle Almirante Storni por $ 24 millones, y la conclusión del Puerto Comodoro Rivadavia por $ 30 millones. En Entre Ríos, el funcionario nombró la readecuación de muelle y acceso al puerto de Concepción del Uruguay. Por último, en Santa Cruz, la ampliación del Puerto Caleta Paula tuvo un costo de $ 211 millones.
Como inversión en las mejoras de las vías navegables, se encuentra la extensión del contrato y señalización de la hidrovía desde Santa Fe al Norte hasta Corrientes y de la profundización desde Santa Fe hasta el océano. A la vez, en poco tiempo se estaría terminando el dragado Río Uruguay a 24 pies y el dragado Canal Martín García a 34 pies.
El titular de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables recalcó que uno de los pilares de su gestión es trabajar de manera constante hacia la defensa de la producción, del empresario naviero nacional y de los puertos que pertenecen a la jurisdicción argentina.
Por esa razón, enfatizó que propiciamos medidas que recreen la marina mercante de nuestro país, modificando normas que faciliten la incorporación grandes buques a la bandera nacional.
Luján detalló que durante el gobierno de la actual Presidenta, la cantidad de embarcaciones reincorporadas a la matricula nacional por Decreto 1010/2004 es de 201, a la vez que el número de barcos autorizados a incorporarse a dicha matricula es de 213. A la vez se clasificaron los amarraderos en la hidrovía, a fin de optimizar su operatividad para la espera, carga o descarga.
Como ejemplo el funcionario nombró obras ejecutadas de 2003 a la fecha. En la provincia de Buenos aires se realizó una remodelación y prolongación de la Escollera Sur, dragado y señalización del canal de acceso a puerto Quequén por un monto de $ 12 millones.
En Entre Ríos, se hizo una readecuación estructural de muelle del Puerto Diamante por $ 6 millones, mientras que en Santa Fe se señaló al muelle de Parque España Ciudad de Rosario por $ 71 millones.
En relación a las obras en vías de ejecución con sus respectivos convenios firmados y montos aprobados, figura en Chubut la reparación del muelle Almirante Storni por $ 24 millones, y la conclusión del Puerto Comodoro Rivadavia por $ 30 millones. En Entre Ríos, el funcionario nombró la readecuación de muelle y acceso al puerto de Concepción del Uruguay. Por último, en Santa Cruz, la ampliación del Puerto Caleta Paula tuvo un costo de $ 211 millones.
Como inversión en las mejoras de las vías navegables, se encuentra la extensión del contrato y señalización de la hidrovía desde Santa Fe al Norte hasta Corrientes y de la profundización desde Santa Fe hasta el océano. A la vez, en poco tiempo se estaría terminando el dragado Río Uruguay a 24 pies y el dragado Canal Martín García a 34 pies.
El titular de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables recalcó que uno de los pilares de su gestión es trabajar de manera constante hacia la defensa de la producción, del empresario naviero nacional y de los puertos que pertenecen a la jurisdicción argentina.
Por esa razón, enfatizó que propiciamos medidas que recreen la marina mercante de nuestro país, modificando normas que faciliten la incorporación grandes buques a la bandera nacional.
Luján detalló que durante el gobierno de la actual Presidenta, la cantidad de embarcaciones reincorporadas a la matricula nacional por Decreto 1010/2004 es de 201, a la vez que el número de barcos autorizados a incorporarse a dicha matricula es de 213. A la vez se clasificaron los amarraderos en la hidrovía, a fin de optimizar su operatividad para la espera, carga o descarga.
Más controles
Junto a la Prefectura se promovieron mayores controles sobre la vía navegable, referidos a tripulación, estado de embarcaciones, cumplimiento de la normativa local. También se requirió, a partir de la aprobación del Código Aduanero del Mercosur, la revisión del Régimen denominado De libre Operación PortuariaLuján aseguró que se privilegió para las cargas que se exportan desde nuestra jurisdicción y que se transbordan en puertos limítrofes, aquellos países que tienen convenios de reciprocidad con el nuestro.
En temas relacionados a la marina mercante, pretendemos recrear la actividad a partir del empresario naviero nacional y de fomentar el dialogo entre el armador, el exportador y los trabajadores para que a partir del objetivo común vuelvan nuestros barcos a llevar porcentajes razonables de nuestra exportaciones al mundo, indicó.
El funcionario aseveró que en la Argentina no debemos ni podemos exportar fletes, es objetivo esencial que la situación actual se modifique. Respecto a la industria naval, sostuvo que recreando la marina mercante nacional, resurgirá indefectiblemente.
Así como se propicia la posibilidad de la incorporación de grandes buques usados a la bandera, con costos de importación razonables, Luján dijo que se debe impedir que se importen aquellas embarcaciones de menor porte que se puedan construir en astilleros argentinos.
En ese sentido, llamó a impulsar un control estricto en las embarcaciones usadas, que con el propósito de ser nacionalizadas en países vecinos suben por nuestro río Paraná en condiciones casi de chatarra y que tiempo después vemos como llegan a nuestros puertos para la descarga de mercadería.
Cronista