Las obras que incluye con ese desembolso son la reparación integral del muelle que se derrumbó en 2005 (que el gobierno nacional tendría que reparar), la construcción de nuevos accesos y el dragado de la laguna (aquella que el gobierno nacional promete desde hace años rellenar para sumar hectáreas) que le permitiría el ingreso y amarre de barcazas.

Ese paquete de obras le permitiría a Sepor, de capitales bonaerenses y que tiene como cabeza visible al empresario Juan Manuel Ondarchuhu, saltar de una capacidad operativa de 3.1 M de toneladas a algo más de 5 M. En otras palabras, casi la duplicaría.

“Estamos bien avanzados en los estudios técnicos necesarios. Y si firmamos el convenio con la Provincia son obras que en un año podremos tener listas”, le dijo Ondarchuhu a punto biz esta semana durante el VII Encuentro de Transporte Fluvial que organizó en la Bolsa de Comercio el Instituto de Desarrollo Regional (IDR).

Al Ente Administrador del Puerto de Rosario (Enapro) le interesa la inversión a costa de la empresa porque sabe que es muy difícil que vengan fondos del gobierno nacional para reparar el muelle (uno de los dos de los que opera Sepor) o construir nuevas accesos. Y tampoco ve mal que la moneda de cambio sea la extensión del plazo de concesión. Pero quiere algo más: aumentarle el canon, que en la actualidad es bajo.

En rigor, la trama de esta negociación es más política que técnica. La concesión de las terminales VI y VII es del Gobierno nacional previa a la descentralización del puerto a la provincia de mediados de los noventa.
Tras la insistencia del Enapro en la gestión de Jorge Obeid se logró avanzar en esa descentralización, ya que una parte del canon pasó al ente junto con la propiedad de los terrenos.

Cuando en 2005 se cayó el muelle, que en teoría tendría que arreglarse con fondos nacionales, el ente, por aquel entonces al mando de Juan Carlos Retamero, acordó en 2006 con SePor una extensión del contrato por siete años (una vez vencida la concesión nacional) a cambio de que la firma financie la obra, que se calculó en ese momento de algo más de $10M.

Ahora, el Enapro busca apurar la concreción de esa obra. Pero también pide la ampliación de la capacidad e infraestructura circundante como accesos, y por eso la cifra salta a $60M. Pero además renegocia las condiciones buscando un mejor canon para el ente.

“Sepor paga el 15 centavos de dólar por tonelada de concesión a la Provincia y 39 a la Nación. Creemos que si lo subimos al24 o al 30 la situación mejoraría porque el Ente aumentaría su capacidad de acción al tener ese financiamiento extra”, le admitió a punto biz el titular del organismo portuario, Ángel Elías.

El dragado de la laguna, en cambio, es una obra que propone directamente Sepor para amarrar las barcazas con granos que bajan del norte y hacer el trasbordo a buques de mayor porte en sus muelles.

Las negociaciones son en muy buenos términos según coincidieron Elías y Ondarchuhu. Y no hay plazos, aunque la idea es cerrarla este año. Los términos de las conversaciones se mantuvieron en reserva, como el dato de cuántos años más a los siete que (ya le dio Retamero como condición de arreglar el muelle) pide Sepor a cambio de las nuevas obras de infraestructura y condiciones económicas que ahora se pusieron sobre la mesa