Viernes, 25 Diciembre 2009 11:57

La Zona Rosafé, la Producción Granaria y la Hidrovía

Se llama zona Rosafé, desde el punto de vista granario, al hinterland de la ciudad de Rosario, es decir a la zona que produce y tritura granos que son exportados por unidades de embarque ubicadas en la margen derecha del río Paraná en una franja que va desde Puerto San Martín (40 km. al norte de Rosario), hasta Villa Constitución (40 km. al sur).

Esta zona es la más importante del país en lo referido a la exportación de granos y subproductos, llegando a representar entre 65% y 70% de la exportación física total, siendo mayor en término de valores.

Dentro de los productos granarios el más importante es la soja, que ha pasado a ser el de mayor trascendencia económica a nivel país, con exportaciones por más de 2.200 millones de dólares.

Para que se perciba claramente esto vamos a suministrar algunas cifras: La producción mundial de soja llegó en la campaña 1993/94 a alrededor de 115 millones de toneladas.

El primer productor es EE.UU. con poco más de 49 millones. El segundo lugar corresponde a Brasil con casi 25 millones de toneladas, el tercero a China con alrededor de 13 millones y el cuarto a nuestro país con una cifra récord de 11,5 millones.

También es importante consignar las producciones de nuestros vecinos Paraguay (1,75 millones tn) y Bolivia (515 mil tn). La producción total latinoamericana llegó a poco más de 38 millones de toneladas. La provincia de Santa Fe produjo casi 5 millones de toneladas.

Es importante también la producción de la provincia de Córdoba, que en gran parte sale por los puertos de las inmediaciones, y que llegó a casi 2,9 millones de toneladas, y la producción de los distritos del norte de la provincia de Buenos Aires, con casi 2,5 millones de toneladas.

Como se puede visualizar de estas cifras, gran parte de la producción sojera argentina tiene su epicentro en la zona Rosafé, siendo procesada en su mayor parte en instalaciones aceiteras de las inmediaciones de Rosario.

Argentina tiene una capacidad de trituración de semillas oleaginosas de poco más de 19 millones de toneladas anuales.

Más de la mitad de esa capacidad se concentra en la provincia de Santa Fe y, en cuanto a procesamiento de soja, se localiza en la misma más del 75%. La producción de oleaginosas llega a alrededor de 15,5 millones de toneladas.

De este total se exporta como semilla o poroto sin procesar alrededor de 3 millones, con lo que quedaría para procesar cerca de 12,5 millones. Esto representa el 65% de la capacidad instalada y denota un mercado de oleaginosas “sobredemandado”.

Esta es una de las razones que ha determinado en nuestro país la utilización en manera importante de la operatoria comercial de entrega de la mercadería a las fábricas en el momento de la cosecha “con precios a fijar” por el productor más adelante.

Argentina consume muy poco de su producción de soja.

La mayor parte (95%) es exportada ya sea como poroto, harina (pellets) y aceite.

Desde los puertos de la zona Rosafé se embarca, como vimos más arriba, gran parte de los envíos granarios al exterior (65 a 70 %), pero esta cifra es mayor todavía en lo referido a la producción sojera, llegando al 85% aproximadamente.

Los embarques se realizan desde una docena de unidades privadas, de gran eficiencia, que en los últimos 14 años hicieron que el costo de elevación bajara de 7,5 dólares por tonelada a 2,0/2,5 dólares que se cobra actualmente.

Es interesante comparar este costo de elevación en los puertos privados de la Zona Rosafé con los 8 dólares o más que se cobran en los puertos de Brasil.

También es importante consignar que últimamente se ha llamado a una licitación internacional para el dragado y balizamiento desde Puerto San Martín al mar a 32 pies de profundidad (y de Santa Fe a Puerto San Martín a 22 pies), que está en vías de adjudicación.

Con esto se lograría que muchas embarcaciones que actualmente cargan parte en los puertos up river Paraná y que luego completan en Bahía Blanca, Quequén, en operaciones de top-off en el río de la Plata o en puertos de Brasil (Paranagúa fundamentalmente), salgan completas desde nuestra zona.

Esto permitiría disminuir los actuales fletes lo que redundaría en beneficio del sector productor.

El hecho de ser la zona Rosafé un importante lugar de concentración de mercadería disponible, a diferencia de otras zonas de Argentina o Brasil, permite tomar el precio del mercado disponible de la Bolsa de Comercio de Rosario (que como dijimos es un mercado sobredemandado) como una referencia válida en las negociaciones.

Sirve también para la confección de un Indice contra el cual se cierran operaciones del tipo “cash settlement” en un mercado de futuros.

A este respecto, el Indice Soja Rosafé se ha convertido en el primer instrumento granario en el mundo de ese tipo, teniendo un sinnúmero de ventajas en relación al sistema tradicional con entrega.

En los párrafos anteriores hemos visto la importancia que tiene la zona Rosafé desde el punto de vista granario, especialmente en la producción, trituración y exportación de soja.

Se suma a ello su estratégica ubicación como “puerta” de salida e ingreso de mercaderías desde y hacia las poblaciones ubicadas en las inmediaciones de la Hidrovía Paraguay-Paraná.

Dicha Hidrovía, que nace en Puerto Cáceres (Mato Grosso), tiene una extensión de más de 3.440 km.

En su largo recorrido atraviesa zonas económicamente importantes por sus actuales y potenciales producciones.

Tal es el caso del cultivo de soja en Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, que con los estados vecinos tiene una producción de la oleaginosa que se acerca a los 10 millones de toneladas.

También es importante la participación de Bolivia que tienen salida a la Hidrovía a través del canal Tamengo, como así también la participación de Paraguay.

Los cultivos de maíz y demás granos, frutas, maderas y otros vegetales tienen un futuro promisorio.

Cercanos a la ciudad brasileña de Corumbá existen yacimientos mineros, de hierro y manganeso, que son de los más importantes del mundo luego de los existentes en Kursk (Rusia). Dichos yacimientos son: el Urucúm (Brasil) y el Mutún (Bolivia).

Las poblaciones que se han ido estableciendo en las cercanías de la Hidrovía son de consideración. Basta mencionar, en el norte, la ciudad de Cuiabá (Brasil).

Algunas de esas poblaciones han crecido a pesar de la lejanía que tenían de la costa atlántica, lo que implicaba que sus producciones y sus consumos tenían que tributar altísimos fletes.

A pesar de esta desventaja han tenido un gran desarrollo, lo que anuncia un futuro optimista cuando a su pujanza natural se le una la mayor interrelación con otras zonas a través de la navegación fluvial por empuje.

Como un ejemplo, consideremos que los fletes para transportar soja desde los Estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul hasta el puerto de Paranaguá, en la costa atlántica, son de 60 dólares o más la tonelada, y en algunos momentos han sido superiores.

En los últimos tiempos se ha emprendido la construcción de una ferrovía, la que sin embargo llevará mucho tiempo para su concreción final.

La Hidrovía Paraguay-Paraná se tendrá que conectar en el futuro con la Hidrovía Paraná-Tieté.

Esta última tiene su fin en las cercanías de la ciudad de San Pablo. En este sentido, Brasil ha priorizado la navegación por empuje con la realización de una serie de esclusas (algunos meses atrás se inauguraron dos en Tres Irmaos y próximamente otra en Jupiá) que ligan gran parte de la misma.

Además de obras menores faltaría la construcción de una esclusa en Itaipú que permitiría la navegación por empuje en un tramo de casi 6.000 km. de extensión. Todo esto llevaría a una disminución importante en los fletes.

El tramo del Paraná Inferior, sobre el cual está asentada la Zona Rosafé, es el final de las mencionadas hidrovías y sirve de salida y entrada de los grandes buques de ultramar. De ahí que el logro de los 32 pies de profundidad desde Puerto San Martín al Mar que mencionamos más arriba va a tener un importante significado económico.

El mencionado tramo liga el comercio mundial con gran parte del interior de la Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil.

Esta última relación es de vital importancia para el comercio dentro del Mercosur teniendo en cuenta que a partir de la aplicación de Plan Real por parte de Brasil, es posible una corrección cambiaria entre el Real y el Peso argentino, pudiendo compensar de esta manera nuestro país parte del importante déficit de balanza comercial existente.

La zona Rosafé no es sólo de transferencia sino que el desarrollo de la Hidrovía también posibilitará que sus fábricas aceiteras, con capacidad instalada excedente, puedan procesar granos de origen extranjero.

Esto implicará mejores márgenes de molienda y, como consecuencia, mejores precios para el productor.
Desde este punto de vista, es fundamental la adecuación de las normas aduaneras de nuestro país para que se pueda importar grano de procedencia extranjera, triturarlo en instalaciones argentinas ubicadas en la margen derecha del Paraná, y nuevamente reexportar los subproductos al exterior. 

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