Historia del transporte fluvial
El uso del transporte fluvial tuvo sus inicios en el Neolítico ya que el cultivo de plantas y el desarrollo de la ganadería, dio lugar a la producción de alimentos e incluso a excedentes agrícolas. El desarrollo de la ganadería produjo nuevos tejidos e hilados; además de los alimentos, tejidos y ganado comenzaron a desarrollar la alfarería. Por eso con los excedentes, se iniciaron los intercambios de productos que pusieron en relación las diferentes culturas existentes, surgiendo el trueque.
El trueque favoreció el transporte, apareciendo nuevas formas como el fluvial, que comunicaba unos poblados con otros a través de los ríos. Para este tipo de transporte utilizaban en principio barcas hechas con pieles de animales aunque más tarde estos materiales fueron perfeccionándose.
Cuando llegaron a América los europeos, sobre todo portugueses y españoles, se produjeron grandes cambios y progresos en los transportes. Para el transporte fluvial y marítimo se construyeron numerosos puertos en ríos caudalosos y en los mares, utilizando además, los que ya existían naturales. Así se mejoró la comunicación tanto marítima como fluvial.
En España durante la edad Moderna, la ventaja que tenía el transporte fluvial frente al terrestre, era que resultaba más barato. Así, dos mulas podían tirar de una carreta con 500 kg. de carga, mientras que si tiraban de una barca eran capaces de arrastra 5000 kg. Una importante y apropiada vía fluvial era el río Guadalquivir desde el Atlántico hasta Sevilla e incluso Córdoba. Además, Sevilla era un importante puerto entre América y España, y en general con toda Europa.
Felipe II, después de convertirse en rey de Portugal en 1580, quiso transformar el río Tajo en una ruta de transporte fluvial entre Lisboa y Toledo, pero este proyecto no llegó a desarrollarse. En el siglo XVII se realizaron numerosas obras hidráulicas y en el siglo XVIII se construyeron el Canal de Castilla y el Canal Imperial. Actualmente los dos canales se utilizan para el regadío y el abastecimiento de agua de las poblaciones cercanas.
El Canal de Castilla se utilizaba para transportar el cereal que se producía en Castilla hasta Alar del Rey (Palencia) donde era desembarcado y llevado por carro al puerto de Santander y desde allí era embarcado hacia las colonias de ultramar.
El Canal Imperial, que va paralelo al río Ebro, era un importante servicio para el tráfico comercial y de viajeros entre las poblaciones de Tudela y Zaragoza.
La Revolución industrial provoca que se produzca una gran división entre dos grandes etapas de la historia del transporte fluvial. El comercio que más utilizaba la vía marítima era el comercio internacional, básicamente mediante barcos de vela. Se transportaban productos de gran valor, y el transporte de pasajeros era escaso.
La Revolución industrial produjo un gran cambio en el transporte fluvial. La nueva industria necesitaba grandes cantidades de productos que tenían que ser importadas. Los productos que se vendían eran artículos de poco valor que la gente compraba en grandes cantidades. También cambiaraon los sistemas de transporte tradicionales, por otros más complejos. Del mismo modo, la demanda de mano de obra para las fábricas aumentó, y se produjo un éxodo rural masivo.
A principios del siglo XX, aparecieron el automóvil y el avión; el uso del barco de vapor fue disminuyendo. A partir de la II Guerra Mundial, el transporte por carretera es más utilizado que el ferrocarril, debido a tener mayor versatilidad de los trayectos, tanto en el transporte de mercancías, como en el de pasajeros. Aun así, el transporte fluvial sigue siendo un gran modo de transporte para grandes mercancías.
Hasta mediados del siglo XIX, los sistemas de comunicación más avanzados fueron la prensa escrita y el servicio postal regular, pero después, también aparecieron el teléfono y el telégrafo; y más adelante la radio, la televisión, etc.
En resumen, el transporte fluvial ha mejorado notablemente desde que apareció, y gran parte de ese avance ha sido a causa de las nuevas tecnologías.
Aguas interiores
Son los ríos, lagos y canales. Generalmente, para esta navegación se emplean barcos pequeños y ligeros, aunque en algunos casos los barcos oceánicos de gran tamaño también navegan por aguas interiores. El uso de contenedores y de buques portagabarras y portabarcazas ha facilitado la transferencia de carga entre los buques oceánicos y los de aguas interiores.
Tipos de navegación
El sector naviero es en la actualidad una actividad privada de servicios, de naturaleza muy competitiva que se divide en varias categorías: servicios regulares, servicios sin trayecto fijo, servicios industriales y petroleros.
Servicios de línea regular
Se llevan a cabo de acuerdo a un programa regular y con rutas fijas. Los cargamentos se aceptan bajo un contrato denominado conocimiento de embarque, que el armador del barco le pide al cargador. La competencia en este tipo de servicios se regula mediante acuerdos entre las compañías navieras que establecen las condiciones de los servicios y determinan las tarifas de pasajeros o carga.
Barcos sin trayecto fijo
Estos barcos, denominados también de servicio general, no mantienen rutas ni servicios regulares. La carga suele consistir en materias primas, como cereales, minerales o carbón, para las que se necesita un transporte poco costoso. Normalmente operan con un contrato de flete, es decir, un contrato por el uso del barco.
Buques industriales de carga
Son barcos utilizados por grandes empresas, para realizar el transporte necesario para los procesos de fabricación y distribución, cuyas escalas y programa de viajes son determinados por las necesidades de los propietarios. Muchas compañías petroleras tienen grandes flotas de petroleros oceánicos, remolcadores y barcazas fluviales para transportar petróleo a las refinerías y distribuir los derivados.
Petroleros
Todos efectúan servicios de transporte privados o por contrato. En la década de 1970, aproximadamente el 34% de la flota mundial de petroleros era propiedad de compañías petroleras; el resto pertenecía a armadores independientes cuyos barcos eran fletados por dichas compañías. Los productos refinados como la gasolina, la parafina o los aceites lubricantes se distribuyen mediante buques cisterna.
Tipos de barco
Los barcos mercantes se dividen en barcos de pasajeros, cargueros y buques cisterna. Los barcos más grandes y elegantes eran los famosos transatlánticos que, a mediados del siglo XIX, cruzaban regularmente el Atlántico Norte para comunicar América y Europa. Los actuales buques de pasajeros se dedican fundamentalmente a viajes de recreo.
Cargueros
Los cargueros transportan productos envasados y otros como cereales, minerales y líquidos como látex o aceites comestibles. En algunos cargueros se admite un pequeño número de pasajeros. Para transportar determinados tipos de carga, como vehículos de motor, se diseñan y construyen barcos especializados.
Barcos de contenedores
Los barcos de contenedores provocaron un cambio tecnológico en el manejo de la carga y vincularon la industria del transporte ferroviario y por carretera con la navegación oceánica. Estos barcos altamente especializados pueden descargar y cargar en un solo día, frente a los 10 días necesarios para un barco convencional del mismo tamaño. Los buques portabarcazas o portagabarras son una evolución de estos.
Buques cisterna
Los buques cisterna están diseñados específicamente para transportar cargas líquidas, generalmente petróleo. Otros buques cisterna especializados transportan gas natural licuado, productos químicos líquidos, vino, melaza o productos refrigerados.
Principales ríos navegables de mundo
El río Misisipi, en Norteamérica, tiene una longitud de 6270 km y un caudal que varía entre 210 m3/s en Minneapolis y los 12740 m3/s en Baton Rouge. La superficie de su cuenca es de 2.980.000 km2. Atraviesa diez estados de Estados Unidos y desemboca en el golfo de México. El río Misisipi ha sido una importante vía de comunicación y transporte en Norteamérica. El traslado de mercancías y personas ha sido posible gracias a su extenso cauce.
El río Amazonas, en Suramérica, tiene una longitud de 7020 Km. y un caudal de aproximadamente 219.000 m3/s. Su cuenca es de 7.050.000 km2. Atraviesa Perú, Colombia y Brasil desembocando en el océano Atlántico. Es además el río más largo del mundo. Un quinto del agua dulce que va a parar a los océanos proviene de este río.
El sistema de los ríos Paraguay y Paraná constituye una importantísima vía de transporte fluvial, vincula Brasil, Bolivia, Paraguay y Argentina. El puerto de Cáceres, en el corazón del Mato Grosso brasileño, es el punto extremo norte del sistema a 3440 km de Buenos Aires, Argentina en el extremo sur. Por esta vía desciende hasta el Río de la Plata, mineral de hierro, cereales y productos forestales, entre muchos otros.
El río Nilo, en África, tiene una longitud de 6671 km y una cuenca de 3.400.000 km2 Atraviesa Uganda, Sudán y Egipto, desembocando finalmente en el Mediterráneo. Fue una importante vía de comunicación para el comercio del lino y el trigo. Contribuyó al desarrollo económico de Egipto. Para los egipcios era un símbolo espiritual y crearon un dios en su honor.
El río Danubio, en Europa, tiene una longitud de 2.888 km y una cuenca de 817.000 km2. Nace en la Selva Negra a partir de la unión de los ríos Brigach y Breg y desemboca en el Mar Negro. Hasta Alemania es navegable por embarcaciones fluviales y hasta Rumanía por barcos transoceánicos. Era una de las fronteras naturales del Imperio romano.
El río Azul, en Asia, tiene 6.380 km de longitud y 1.800.000 km2 de cuenca. Su caudal es aproximadamente de 31.900 m3/s. Nace en la meseta de Oinghai y Tíbet y tras atravesar China, desemboca en el Mar de la China Oriental. La mayor parte del río es navegable.