* Congestión en rutas nacionales de un solo carril por mano. La congestión en las carreteras nacionales se origina en aquellas que fueron diseñadas para un tráfico de 2000 vehículos/día, pero que reciben un flujo de casi el doble (entre 3500 a 4000 vehículos diarios). Las consecuencias son tres: disminución de la velocidad de circulación -aumentan 25% los tiempos de viaje-, mayor consumo de combustibles y un aumento de los accidentes. Los costos incrementales sólo en operación de vehículos suman US$ 880 millones por año.
Este problema de congestión abarca 3500 kilómetros de rutas (el 9% de los 38.921 kilómetros que componen la red nacional pavimentada). Afecta, por ejemplo, la periferia del AMBA, las rutas nacionales 7 y 8 (en gran parte de sus segmentos); en el NEA, la R11 al norte de Resistencia; la R12 desde Posadas a El Dorado; la R36 entre Córdoba y Río Tercero; la R22 en el Alto Valle de Río Negro, y la R40 entre Bariloche y el Bolsón. Y la lista sigue. Entre los tráficos más afectados se cuentan: el transporte de carga agrícola en el área de Rosario, las cargas internacionales y los automóviles en torno a las grandes ciudades.
* Desbalance modal entre el ferrocarril relegado y el camión predominante. El volumen de cargas interurbanas en los últimos 30 años se cuadruplicó. Todo el tráfico de carga es de 322.700 millones de toneladas por kilómetro (t/km). Sin embargo, la partición modal del ferrocarril en el transporte de cargas no acompañó esa evolución. Por el contrario, el sistema se ha sesgado excesivamente hacia el transporte carretero que abarca el 93% de la carga. De esta manera se desaprovechan las tres ventajas relativas de un modo masivo, el ferrocarril: menos contaminación, menos accidentes por t/km y menores costos de flete (por ejemplo: en el transporte de granos se podrían ahorrar al menos US$ 1 por tonelada).
El ferrocarril, en 1980, participaba tres veces más en el tráfico, como es actualmente en los países desarrollados. El desbalance actual se origina en la estructura y gestión del mercado ferroviario. Un ejemplo lo brinda el concesionario del Belgrano Cargas. Es la malla más extensa, con 7347 km de red y una demanda potencial de 9 millones de toneladas, pero opera a un cuarto de su capacidad (109.000 t/km por cada kilómetro de red frente a 426.000 t/km del resto de los concesionarios.
* Accidentes viales. En la Argentina mueren un promedio de 22 personas por día víctimas de accidentes de tránsito, según datos de la ONG Luchemos por la Vida. Las pérdidas económicas del transporte interurbano equivalen a US$ 4800 millones, lo que representa 2,3 veces los fondos para la asignación universal por hijo (AUH) presupuestada por el gobierno nacional para año 2012.
La tendencia de los accidentes (calculada cada 1000 vehículos) evidencia una leve disminución en el período 2000-2009. Sin embargo, la cantidad es de 5 veces más a la registrada en España, Holanda y Estados Unidos. En términos absolutos, las muertes se mantienen en una cifra relativa altísima, alrededor de 7500 al año, comparadas con las 100 a 200 anuales de aquellos países. Un 21% de las muertes totales involucran a camiones; un 13% a micros y colectivos. Los accidentes se producen en algunas provincias más que en otras. Por ejemplo, la tasa de mortalidad en Santiago del Estero es tres veces la media nacional. No modificar este escenario es grave, ya que ante el aumento del parque en circulación y del tráfico esperado para 2030 la cantidad de accidentes y sus impactos se duplicará.
Escenarios
La prospectiva señala dos posibles escenarios para estos tres problemas. El status quo: la situación se agrava y pasamos a 4500 km de rutas nacionales congestionadas, mayor uso del camión y aumentos de accidentes, con sus efectos sobre las vidas, el patrimonio, el ambiente y mayores costos en nuestro transporte. O el escenario deseable: un programa de inversión con más rutas dobles y autopistas, gestión eficaz en el Belgrano Cargas y, en relación con la prevención de accidentes, más auditorías en rutas, corrección de diseños viales y educación a conductores..
Por Ricardo Yomal