Esta es la primera conclusión que surge tras la reunión anual de la Federación de Asociaciones Nacionales de Agentes Marítimos y Brokers, (Fonasba por su sigla en inglés). El evento, llevado a cabo en Venecia, reunió a los principales referentes del transporte marítimo a escala mundial.
Por lo que se vio, en todos los países, existen los mismos problemas y preocupaciones. Altos costos portuarios, aduanas que no facilitan el comercio y un duro impacto del aumento del petróleo sobre los costos operativos, formó parte de la queja permanente de los delegados convocados por Fonasba. La diferencia está en que en la gran mayoría de los países, se reconoce la existencia de estos inconvenientes y se trabaja para solucionarlos. Tal el caso de la Unión Europea y su permanente esfuerzo por dictar normativas que agilicen los tránsitos.
Por el momento, la reducción de los costos, tanto en las escalas como en los tramos terrestres, sigue siendo una de las claves fundamentales para mitigar los efectos de una crisis internacional que no quiere alejarse del modo marítimo.
Los mega buques de 18.000 TEUs de capacidad ya son una realidad y, muy pronto, los mares serán surcados por otras naves con capacidad aún mayor. Pocos puertos se encuentran en condiciones de recibir a estos gigantes del mar, situación que también preocupa a la comunidad mundial de agentes marítimos.
Según se expresó, las previsiones de tráfico en el Mediterráneo occidental para 2020 oscila entre los 28 y 32 millones de TEUs. De tal forma, varios puertos de la zona apuntan a transformarse de puntos de tránsito a hubs multimodales.
De vuelta
Frente a este panorama, Venecia quiere tomar la delantera. La ciudad, que durante 1.000 años fue el centro portuario mundial, quiere retomar su predominio. El Gobierno italiano impulsa la construcción de la primera terminal de aguas profundas (off-shore) del Mediterráneo. Se ubicará a 14,8 kilómetros del Lido, el banco de arena natural que ejerce de barrera, entre la ciudad de Venecia y el mar abierto, y al este del puerto de Malamocco.
El proyecto de ingeniería, realizado por la empresa británica Halcrow of London, le permitirá a Venecia superar las limitaciones del área de la laguna, volviendo a situar a la ciudad en el mapa de las grandes rutas comerciales. La obra aprovechará la orografia submarina y la existencia de un calado natural de 20 metros ideal para los grandes buques portacontenedores. Además, los muelles de atraque estarán protegidos de las inclemencias del viento y del agua gracias a una barrera de protección que actuará de salvaguarda, y en la que podrán acudir aquellos buques que no puedan entrar al puerto una vez se cierren las esclusas que protegen la ciudad, dijo a Transport & Cargo Paolo Costa, presidente del puerto de Venecia. El costo total de la obra se calcula en 1.300 millones de euros.
La terminal de aguas profundas de Venecia representa uno de los proyectos más ambiciosos de Italia, y una de las esperanzas de la Asociación de Puertos del Adriático Norte (Napa), en la que participan los puertos de Ravena, Venecia, Trieste, Koper y Rijeka.
Su objetivo es persuadir a los buques que entran por el Mediterráneo a través de Suez con dirección al sur o el norte de Europa, que naveguen hasta el Adriático y descarguen allí sus mercancías con dirección al centro de Europa. Según sus propios estudios, la carga que entre por el Adriático logrará ahorros de cinco días de viaje, reducción de las emisiones y ayudará a reducir la congestión de las redes europeas.