Jueves, 19 Junio 2014 13:20

Licitan nueva terminal de barcazas en Uruguay

La estación flotante estará destinada a transbordar carga extranjera y se situará cerca de Nueva Palmira.

Tras la pérdida de una terminal de desembarco de barcazas cercana al puerto de Nueva Palmira, la Administración Nacional de Puertos (ANP) se ha propuesto suplirla con alternativas de otros embarcaderos y, más recientemente, con un próximo llamado a licitación de una terminal de transferencia, también colindante al centro portuario palmirense.
Según informó Alberto Díaz, presidente de la ANP, ya existe una resolución del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOPP) que avala construir una terminal de transferencia cercana a Nueva Palmira –aunque aún no se definió exactamente su ubicación– y por la cual la ANP va a licitar. Díaz indicó que tienen los pliegos prontos y que el llamado se efectuará en alrededor 10 días. La idea es que sea operado por una firma privada.
Está previsto que en la terminal puedan amarrar en forma simultánea unas 200 barcazas, con una plataforma flotante con grúas de alto rendimiento, y se destinará para manejar en exclusiva carga extranjera, especialmente desde Paraguay y Bolivia. El amarradero no tendrá capacidad de almacenaje y se utilizará únicamente para transferir director de barcaza a buque.
“Esperamos que la capacidad de carga de la estación será la de un barco de ultramar cada cinco días, obvio que esto sucederá si hay carga”, comentó Díaz al diario El Observador. El titular de la ANP amplió que operarán los mismos tipos de barcos que trabajan en el puerto de Nueva Palmira y que el tiempo de operación “será similar al de tierra”.
Díaz aseveró que el movimiento en el puerto de Nueva Palmira “está bien” y que transcurre a “buen ritmo”, superando el cimbronazo de principios de marzo que supuso la revocación del permiso de amarre de barcazas, por parte del gobierno de Argentina, a la terminal de La Paloma frente a la ciudad palmirense.
El presidente de la ANP dijo que el MTOPP otorgó más área para ANP donde se logró suplir en parte los cupos de amarraderos; especificó que “la resolución está firmada” para que se opere en la zona de Punta del Arenal, a unos 20 kilómetros al norte del puerto de Nueva Palmira.
Decisión
En marzo pasado, la subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación, a cargo de Horacio Tettamanti revocó la habilitación del amarradero La Paloma, ubicado en territorio nacional frente a Nueva Palmira. La medida, cuyo fin fue apuntalar la reactivación de la navegación de cabotaje para remolcadores argentinos, también apuntó a evitar potenciales accidentes navieros frente al puerto uruguayo. Esto es así, porque la empresa adjudicataria no cumplió con el plan de inversiones comprometido oportunamente en La Paloma. La firma cuestionada es un agente marítimo radicado en el puerto uruguayo de Nueva Palmira, o sea que los inversores ni siquiera poseen oficina en territorio argentino.
La reacción de la otra orilla no se hizo esperar. Desde distintos medios de prensa, empresarios y funcionarios uruguayos señalaron al unísono que esta medida hace peligrar la mitad de la zafra que se transborda en Nueva Palmira, cifra estimada en 1,5 millones de toneladas. El argumento esgrimido es que mensualmente la terminal uruguaya recibe unas 200 barcazas desde Paraguay, de las cuales 100 vienen del amarradero de La Paloma.
En realidad, La Paloma era solo un pequeño amarradero ubicado en la isla homónima, cuya boca inferior se sitúa en el kilómetro 140 del Paraná Bravo.
Sus instalaciones estaban integradas por una serie de muertos, ubicados en tierra a los cuales se amarraban las barcazas cargadas y vacías que proveen de granos al puerto de Nueva Palmira. Lo demás era un rancho donde pernoctaba el personal que controlaba la hora de ingreso y egreso, el nombre del remolcador y las barcazas que allí se amarraban.
Por ser angosto, el acceso al riacho La Paloma era peligroso, y un banco de arena obligaba a los capitanes a maniobrar aguas abajo en una zona de intenso tráfico de buques de ultramar. Los convoyes, integrados por remolcador y 12 barcazas, debían moverse con extremo cuidado, especialmente en horas de la noche. Además de los buques de gran porte, muchas veces debían coordinar con sus pares al punto de generase una navegación de vuelta encontrada en un acceso estrecho y embancado.
Ahora, con la idea de no perder la presencia paraguaya en Uruguay, Díaz afirmó que preparan un viaje a Paraguay en julio, en coincidencia con la visita a ese país del presidente José Mujica, para mantener reuniones con el sector privado portuario de Paraguay.
Fuente: El Cronista 

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