Esta mañana, en Ensenada, más precisamente en el mítico Astillero Río Santiago, el gobernador Daniel Scioli se vestirá de soldador. En el acto más emotivo que tiene la industria naval (además de la botadura), Scioli hará la primera línea de soldadura en la puesta de la quilla de un buque granelero. El primero de dos que el máximo emblema de la industria pesada argentina realizará. Pero esta vez, para una empresa, el armador nacional White Sea Argentina.
La simbología inundará las gradas del astillero: será tal vez uno de los últimos actos políticos de envergadura de Scioli, días antes de refrendar su mandato, renovando los votos por la gran industria olvidada.
Un poco a contramano, y otro poco por planificada testadurez, la provincia de Buenos Aires otorgó los avales necesarios para que la multitud de hormigas obreras diera forma a las moles flotantes. Se sabe, esta industria madre no murió sólo por falta de políticas, sino que muere cada vez que no encuentra el prefinanciamiento necesario para la compra del equipamiento. Scioli firmó el decreto, los avales entraron al presupuesto (con una partida por US$ 47 millones para la construcción de buques en el ARS) y la provincia instrumentó las garantías necesarias para la compra del equipamiento del buque granelero.
La provincia confió en el astillero. Pero también en un armador nacional, quien, a su vez, votó por la gente y la gestión de Río Santiago. Sinergia público-privada, poco común, y una alianza infrecuente en esta Argentina de la confrontación. Nota al pie para un discurso presidencial que pondera la industria argentina, y que incluso utilizó a la industria naval en spots publicitarios de campaña, con la construcción de submarinos. Tan necesarios, seguramente, como estos son las embarcaciones capaces de mover la creciente cosecha de granos. Para ello faltan señales claras, políticas diáfanas, instrumentos crediticios palpables, y ejecución.
Luego de 27 años, el astillero más grande del país tendrá sus tres gradas ocupadas: la número 1 para los tanqueros venezolanos (el primero se bota en marzo), la 2 para los graneleros de White Sea, y la 3 para las patrullas oceánicas multipropósito (POM) que el ARS fabricará junto con Tandanor.
Un motivo de festejo, y de reflexión. Una apuesta en un contexto de crisis. Y una muestra de que la paciencia, en los negocios, también reditúa.
Por Emiliano Galli | LA NACION
Este viernes se celebra el Día del Marino Mercante, instituido el día 25 de noviembre en conmemoración del inicio de clases en la Escuela de Náutica del Real Consulado, en 1799, precursora de lo que luego sería la actual Escuela Nacional de Náutica.
Según informó la Liga Naval, durante esta semana se conmemorará con varios actos el Día del Marino Mercante.
La tradicional misa de Acción de Gracias del 25 de noviembre, por problemas operativos, se realizará mañana a las 09.45, en el Convento de Santo Domingo.
A su vez, esta tarde, en el Yacht Club Argentino, la comunidad marítima internacional que conforma la Federación Internacional de Ligas y Asociaciones Marítimas y Navales (Fidalmar) formalizará la entrega de la Medalla de Oro a dos personalidades de la marina mercante local: el presidente de Buquebus, Juan Carlos López Mena, y el presidente del Centro de Jefes y Oficiales Maquinistas Navales, Horacio Domínguez.
Por último, el propio Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) inaugurará esta semana un nuevo simulador de navegación y maniobra, ubicado en el predio de la Fundación Azul, creada por el SOMU para brindarle capacitación al personal embarcado.
La semana de festejos por el Día de la Marina Mercante culminará el sábado, con la reunión de camaradería de los maquinistas navales en el predio de Pilar del Centro de Maquinistas Navales
Martinez, hizo estas declaraciones luego de participar en la presentación del Nodo del NEA, del Plan Estratégico Quinquenal, al que calificó como lugar (Barranqueras) “estratégico para el plan quinquenal”.
“Ante la necesidad de sacar las cargas venimos a proveer el transporte a través de barcazas y remolcadores. Ya que la provincia no cuenta con estas máquinas. Tenemos astilleros y talleres dispuestos a radicarse en la provincia”, explicó al diario chaqueño Norte.
En ese sentido recordó que “la industria naval estuvo sometida durante muchos años”, y por eso valoró el plan del gobierno provincial para dotar de infraestructura al Puerto de Barranqueras y priorizar el tráfico fluvial por la hidrovía.
Comenzó a operar en el puerto de Buenos Aires el Maersk La Paz, de 300 metros de eslora, 45 de manga y 12.5 de calado
La llegada del Maersk La Paz marcó una nueva inflexión en el puerto de Buenos Aires y en el de Montevideo de la mano de una carrera hacia la innovación emprendida por el armador danés: permitir que los buques se adapten al mercado.
Es que el buque -que operó la semana última en Terminal 4- es uno de los 16 de una serie encargada por Maersk Line en los astilleros coreanos de Daewoo que está diseñada específicamente para los puertos latinoamericanos. La clase se denomina Sammax (por South America Max), y está compuesta por buques de 300 metros de eslora. "Se trata de buques anchos, de 45 metros de manga y 18 filas de contenedores. Tienen capacidad para 1700 contenedores reefer , y una bodega para un total de 7450 TEU", destacó a La Nacion Marcos Hansen, gerente general de Maersk Line para la Argentina, Uruguay y Paraguay.
"Lo más distintivo para la región son sus 12,5 metros de calado. Es una forma de mostrarle al mercado que la innovación viene por adaptarse a sus necesidades", indicó.
El Maersk La Paz, como los de su serie, aporta una eficiencia operativa que permite evitar cortes de carga. "Además, consume un 15% menos de combustible que un buque de tamaño similar, incluso con toda la planta de refrigeración en funcionamiento", acotó Hansen.
Por otra parte, el Maersk La Paz operó con un 70% de su capacidad en los puertos del Río de la Plata (Buenos Aires y Montevideo), lo que representó una mejora tanto para el armador como para la terminal portuaria respecto del buque anterior que reemplaza, cuya ratio operativa era del 45%. "Esto era así por cuestiones de calado", explicó.
El buque de Maersk operó en su recalada en Buenos Aires (domingo 11 al martes 13 de este mes) unos 1200 contenedores de importación y 800 contenedores entre los de exportación y los vacíos de reposicionamiento.
Así como la cuestión del calado limitó la llegada de buques de gran porte al puerto de Buenos Aires, y con esta acción se logra la misma bodega con un diseño de buque diferente, la pregunta que surge es si no se reemplaza también el riesgo, en materia del ancho de canal.
Hansen aseguró: "Con 45 metros uno entra a minimizar márgenes aunque se puede operar. El desafío es el tráfico en el canal, sobre todo desde Recalada a zona común, y desde allí a la confluencia".
Las limitaciones a la navegación se fueron multiplicando con el aumento del tráfico, y cada vez son mayores los puntos de navegación lenta. Hay tres factores que hacen más complicada la operatividad marítima. Por un lado, la gran cantidad de buques graneleros que aguardan la marea alta y generan una suerte de convoy de buques. Por otro lado, como cada año, la temporada de cruceros agrega todavía más tráfico a la navegación. Habrá que ver cómo se desarrolla esta temporada.
Por último, la restricción de canal, manifestada en realidad bajo la forma de clausura, a partir de la llegada de los buques metaneros para abastecer al regasificador de Escobar. En la actualidad, son dos cortes por semana..