Brasil-Argentina
Los dos socios del Mercosur analizan replicar con los barcos la integración productiva que tienen con los autos.
Emiliano Galli
LA NACION
En el lenguaje "estratégico" que caracteriza cada discurso de un funcionario argentino o brasileño cuando se trate de temas vinculados al Mercosur, el secretario ejecutivo del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, Alessandro Teixeira, dijo que la industria naval es uno de los clusters con más potencial para avanzar en programas de integración productiva y aseguró que la expectativa es lograr replicar el acuerdo establecido con la industria automotriz entre los dos países.
-Brasil tiene una necesidad de nuevos barcos muy fuerte a partir de su creciente comercio y su exploración y de los nuevos yacimientos de petróleo offshore, mientras que la Argentina quedó relegada con la desaparición de su marina mercante. ¿Hay posibilidad de pensar en una integración productiva naval, similar a la que existe en la industria automotriz?
-Sí, claro. El ex presidente Lula, en su última visita con el presidente de la Fiesp, planteó este tema para empezar a analizar. Hablamos con diferentes grupos de astilleros en Brasil para ver cómo podíamos lograr cierta complementación productiva, que pienso que es posible.
Lo que tenemos que lograr es una sociedad entre el Banco Nacional de Desarrollo Económico (Bndes) y un banco de la Argentina, junto con los sectores privados para que podamos desarrollar los sectores. Hace siete años la industria naval en Brasil no existía, tenemos que recordar esto. Pero como tenemos una fuerte demanda de Vale de Río Doce para el transporte del mineral de hierro, y de Petrobras para barcos de suministro y de transporte de hidrocarburos. Dependiendo entonces del tipo de barco que se necesite hay que trabajar en la producción y reactivar el polo naval argentino. Es una posibilidad concreta que los dos gobiernos ya hablaron y en el marco de la relación estratégica de largo plazo puede ser un nuevo sector a desarrollar entre los dos países.
-¿Puede pensarse en garantías por el lado del Bndes?
-Es una alternativa. Pero los privados tienen que empezar a hablar y ponerse de acuerdo. La demanda existe, y tienen que moverse.
SANTA FE.- Mientras se aguardan definiciones para la reubicación de sus instalaciones, el puerto de la capital provincial -actualmente sobre un canal de derivación a sólo tres cuadras de la calle céntrica peatonal de esta ciudad- parece haberse adormecido. Santa Fe no consigue ser una base de cargas para otros destinos fuera y dentro del país.
Desde hace tres años, la firma Loginter SA está instalada en el puerto de Santa Fe como empresa operadora de contenedores y de carga general y actualmente ocupa sus servicios un sólo cliente: Cicsa, propietaria de Cervecería Santa Fe.
Datos a los que tuvo acceso este medio revelan que cada 20 días sale desde la estación portuaria una exportación de cerveza por barcaza con destino al Paraguay. Por otra parte, se necesitarían más contenedores, que por ahora no están disponibles.
Voceros de Loginter consideran que las interpretaciones de normativas relativas al cabotaje sobre todo, efectuadas por la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación, le impidieron al puerto de Santa Fe continuar atendiendo la demanda de importadores de Córdoba.
"En un momento llegamos a embarcar 90 contenedores por semana, pero luego vino la interpretación de la ley de cabotaje, que impidió tomar servicios extranjeros y se paró el movimiento", manifestó Claudio Cuevas, gerente de la empresa, en declaraciones a la prensa local.
El desmantelamiento de la marina mercante nacional provocó que hoy la Argentina cuente con una sola empresa de bandera para la navegación de la hidrovía. El resto de los armadores mudó pabellón al Paraguay.
Según explicó Cuevas, la ley de Navegación y Comercio de Cabotaje (de 1944), establece que la navegación, comunicación y comercio entre puertos de la Nación están reservados para buques que enarbolen la bandera nacional y que ello se extiende a los ríos y mares de jurisdicción argentina.
En consecuencia, los buques de bandera extranjera que toquen más de un puerto anterior al de Santa Fe, sin efectuar transacciones ni cargar productos nacionales, no pueden amarrar en el puerto de esta capital.
Además, en materia de tripulación, las exigencias de Paraguay son bastante más laxas que las de la Argentina, con lo cual la mayoría de las líneas fluviales ha cambiado de bandera; en tanto, los mayores costos laborales locales se tradujeron en fletes más altos.
Los desequilibrios competitivos entre la Argentina y Paraguay motivan las quedas de armadores nacionales, la industria naval y los mismos sindicatos. Y motivaron un bloqueo al comercio fluvial del Paraguay por parte del SOMU (obreros marítimos) en señal de protesta.
Cuevas recordó que en el país quedó quedado una sola línea fluvial de bandera nacional que recorre la hidrovía: Maruba, que contrata embarcaciones de Conay y Care, por lo que hay dificultades para encontrar lugar en bodegas.
Hidrovía
La cartera laboral paraguaya revocó la inscripción del Sindicato Obreros Marítimos Unidos del Paraguay (Somupa), de reciente creación, impulsada por el secretario general del sindicato homónimo argentino (SOMU), Omar Suárez, con el fin de lograr un "convenio colectivo" tal como el que existe en la Argentina.
Suárez, cuyo sindicato agrupa al personal embarcado no jerárquico, denuncia desde hace años que los trabajadores paraguayos trabajan en pésimas condiciones, motivo por el cual la operación de los armadores de bandera paraguaya tienen costos sensiblemente más bajos a los de sus pares argentinos, hecho que junto con determinados beneficios fiscales y previsionales para los empresarios del país vecino contribuyen a desvirtuar las condiciones de competitividad en detrimento de los armadores y trabajadores argentinos que hoy apenas si representan el 5% de la navegación por la hidrovía.
En diciembre, por estos motivos y en solidaridad con los trabajadores paraguayos y con el Somupa, el SOMU negó durante varios días servicios de remolque y empuje a embarcaciones con carga paraguaya. Por esta medida, el presidente Fernando Lugo amenazó con no concurrir a la cumbre del Mercosur de Foz de Iguazú. Suárez sólo levantó el bloqueo tras el pedido de la presidenta Cristina Fernández.
Entre los motivos por los que no se habilitó el registro del Somupa se destacan que 9 integrantes (entre ellos el secretario general Daniel Alegre) no está registrado ante la Prefectura paraguaya como personal navegante.
En tanto, el diario ABC difundió que el Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym) del Paraguay negociaba la semana última con seis sindicatos de la actividad un contrato colectivo de trabajo "en total armonía", según señaló el presidente del Centro, Guillermo Ehreke.
El operador brasileño de terminales de contenedores Grupo Libra -uno de los conglomerados portuarios de mayor tamaño del país vecino- anunció que proyecta realizar inversiones por 713 millones de dólares en los próximos cinco años en desarrollos portuarios. Según la publicación Port Strategy, alrededor de 327 millones irán a parar al cinco áreas operativas que el grupo tiene en el Puerto de Santos. En tanto, 149 millones de dólares serán invertidos en el Puerto de Río de Janeiro, y 208 millones de dólares se reservarán para la construcción de un nuevo puerto que el holding planea construir en el estado de Santa Catarina.